La medicina actual diagnostica y cura enfermedades, pero no siempre y no todas. La relación del paciente respecto al médico suele ser de sujeto pasivo. El paciente “espera” que la medicina lo cure. En nuestro sistema sanitario actual, todo gira alrededor de la enfermedad (patogénesis). Para la medicina actual los síntomas son “problemas” o “déficits”.
Actualmente hay un cambio de paradigma. Empezamos a centrarnos en la persona desde una perspectiva holística (la persona como un todo). La base es la salud (salutogénesis) y todo lo que contribuya a la misma. Así el paciente es más proactivo. Se potencian sus capacidades y fortalezas y las de su entorno.
Y esta manera de entender la salud, con el paciente y su entorno familiar en el centro, son el fundamento de trabajo de las constelaciones para la salud.
Las constelaciones para la salud no pretenden curar desde la perspectiva médica, no son una terapia médica, pero si amplían la visión que el cliente tiene de su enfermedad. No hay una constelación para cada enfermedad, ya que el síntoma manifestado puede señalar a diferentes patrones (en constelaciones familiares les llamamos vínculos). El síntoma es una puerta al inconsciente (personal y colectivo).
¿Desde cuándo se utilizan las constelaciones familiares?
Las constelaciones familiares son un método que tiene más de 50 años de experiencia y que se aplica en diferentes ámbitos. Se fundamenta en que cualquier asunto que nos preocupe, ya sea nuestra relación con otras personas (parejas, padres, hijos, compañeros), con el trabajo o con la enfermedad y los síntomas, puede ser una proyección de nuestros patrones de relación aprendidos al interactuar con nuestra familia de origen.
Conociendo estos patrones, que suelen ser inconscientes, podemos vivir de manera diferente las mismas circunstancias. Y la manera de acceder a estos patrones inconscientes es, entre otros métodos, el de las Constelaciones Familiares.
Las constelaciones familiares utilizan un método diferente al científico
El método que utilizamos en las constelaciones familiares es el fenomenológico. Para explicarlo sencillamente, observamos lo que pasa en la constelación y en el cliente, sin juicio, con escucha atenta, con mente abierta. Sería mantenernos en el “aquí y ahora”. Cuando trabajamos con constelaciones para la salud, el constelador pregunta al cliente sobre hechos importantes respecto a su familia de origen y la relación con el inicio o mantenimiento de la enfermedad. Estas preguntas, en sí mismas, son un puente al inconsciente del cliente. Y ese inconsciente personal o colectivo puede observarse en el transcurso de la constelación familiar.
¿Qué me aporta como médico ser consteladora para la salud?
Para mí, trabajar con las constelaciones familiares me permite situarme en el lugar que creo que debo estar en la relación con el paciente (relación médico-paciente). En las constelaciones para la salud, no se trabaja con listados de enfermedades, sino que diferentes síntomas en el mismo cliente pueden tener el mismo significado. El facilitador no juzga ni opina, sólo permite que se desarrolle el trabajo y que el cliente obtenga las respuestas que en ese momento sea capaz de procesar.
En las constelaciones para la salud, no hay relación paternalista ni de superioridad entre el facilitador y el cliente, como suele pasar en la medicina tradicional en la que el médico opina, valora, aconseja.
El paciente (en constelaciones familiares lo llamamos cliente) es la parte activa de su bienestar. Él es quien trae el asunto y se muestra predispuesto a abrirse a mejorar su salud. Y la manera es dejar que su inconsciente nos muestre los vínculos creados con el síntoma o las fidelidades con algún miembro de su familia.
Para mí, las constelaciones para la salud complementan mi práctica médica habitual.
¿Qué relación existe entre una enfermedad y el entorno familiar?
En la constelación para a salud, el sistema de origen, la familia de origen es fundamental. Sólo entendiendo la relación que el cliente guarda con los miembros de su familia, podremos entender qué relación guarda con el síntoma. Desde esta mirada, el síntoma o enfermedad no son los enemigos. Forman parte de la respuesta o solución, no del problema.
Cuanto más nos resistimos a algo, menos lo aceptamos, más perdura. En las constelaciones para la salud, la aceptación, la integración es la clave. Cuando vemos al síntoma y reconocemos el tiempo que nos ha acompañado, notamos que al fin podemos respirar hondo, como si nos hubiéramos quitado un peso de encima. Ese suspiro profundo nos conecta con nuestro inconsciente y nos ayuda a comprender. Y esta comprensión nos sitúa como adultos ante nuestra realidad, ayudándonos a dirigir nuestra vida hacia la salud.
¿Son incompatibles las constelaciones para la salud con mi tratamiento habitual?
En ningún caso. La mayoría de las veces, lo complementan.
En resumen, podríamos decir que, respecto a la medicina actual, la terapia con constelaciones para la salud no pretende curar, pero si sana. No dirige, pero ayuda a abrir los ojos. No juzga, da el poder al cliente para ver que le sirve y que no. Los miembros de la familia de origen y sus circunstancias son muy importantes, no sólo sus antecedentes médicos. El terapeuta no sabe más que el cliente, sino que lo acompaña en su camino de aprendizaje. Las constelaciones para la salud, no son magia, ayudan a ver lo que habitualmente no podemos ver, porque abre el camino al inconsciente. En las constelaciones para la salud, no se sigue el método científico en el que hay un listado de síntomas y signos que conforman un listado de enfermedades a los que les corresponde un tipo de tratamiento concreto, sino que observando lo que pasa a cada momento en el campo (espacio ocupado por los muñecos, plantillas o representantes en la constelación) y el efecto que tiene en el cliente, van surgiendo diferentes comprensiones que se comparten con el cliente. En este caso, él y su sistema son los principales protagonistas, no el terapeuta.
Si nos rompemos un hueso o tenemos una neumonía o un accidente de tráfico con múltiples lesiones, la medicina actual tiene toda su razón de ser. Gracias a los avances de esta medicina, muchos pacientes con enfermedades graves y/o incurables ahora tienen una vida más larga y de mayor calidad. Pero saber cómo nos afecta el trauma que representa esta enfermedad no es incompatible con su tratamiento habitual, sino que lo complementa. En personas con enfermedades o síntomas crónicos con escasa respuesta a los tratamientos ensayados, la terapia de constelaciones para la salud es un excelente complemento (dolor crónico, alergias, intolerancias, ansiedad, insomnio…). Saber qué posición ocupa esta enfermedad en nuestra vida y en nuestra familia y cómo nos relacionamos con ella, nos sitúa en un lugar diferente. Ese nuevo lugar, esa nueva perspectiva, contribuye a mejorar la SALUD en MAYÚSCULAS.